Inauguración: 18 de Diciembre de 2010 Cierre: 8 de Enero de 2011 Registro fotográfico: Gustavo Nieto & Lulú Lobo
Volver al Futuro
Ayer pase por tu casa y me tiraste con un ladrillo, voy a pasar todos los días para construirte un castillo.
Soy del grupo de los que creen que el diseño es, ante todo, función y particularmente creo que los límites entre arte y diseño (aunque pueden dialogar y estar muy cercanos) están bien definidos, pero ese es otro tema, ¿o no?
Bernardo trabaja con material de descarte que encuentra en su camino, trabaja con descarte del consumo masivo, materiales que fueron transformados por el diseño mediante las industrias para cumplir una función específica.
Después del ciclo vital/funcional de estos productos ¿qué hacemos con ellos? a pesar de haber formado parte de nuestra vida, no nos encariñamos ni un poquito con estos objetos como para sentirnos responsables de sus destinos, ¿que nos pasara en las ciudades? ¿Ya no tendremos corazón? y podemos tirar las cosas, así, sin más, solo porque ya no son útiles.
Su trabajo es poesía que además de reflexionar sobre la valoración de los recursos disponibles y del diseño eco-sustentable interpela nuestro compromiso social, nuestra conciencia, nuestra responsabilidad con nuestro “contexto material” y con el otro.
Esta gran potencia poética contrasta (y se fortalece) con estructuras formales frágiles, sensibles a su entorno, que están “atadas con alambre” pero el alambre que las sostiene es en realidad una idea, un compromiso.
Anoche soñé que Bernardo venía con un ejército enooooooorme, todas sus obras habían cobrado vida eran gigantes y se sostenían por sí mismas, una flota de sus aviones con hélices multicolores de boletos de colectivos cruzaba todo el cielo, filas interminables de sus construcciones precarias con patas largas de alambre que ya no me hacían recordar a Dalí, porque eran de verdad, eran realidad, muchos compañeros vestidos con armaduras tejidas con fibras naturales y lanas de colores. ¡¡Una tropa dispuesta a todo!! Bernardo golpeaba mi puerta y con el entusiasmo y su sonrisa que lo caracterizan me invitaba a que me sume a su fuerza.
Anoche soñé… soñé que todos soñábamos lo mismo.
Anoche soñé… soñé que todos soñábamos el sueño de Bernardo, el sueño de que otro mundo es posible.