Inauguración: 16 de Septiembre de 2012 Musicaliza: José Giménez Cierre: 29 de Septiembre de 2012 Registro: Federico Robledo & Gustavo Nieto
No te vistas, que no vas.
Autorretrato contemporáneo.
Cuando pienso en la auto-representación tengo la sensación de hablar de un interminable work in progress. La labor que nos plantea esta auto- conceptualización, ha sido, a lo largo de nuestra experiencia concreta, un constante requerimiento para toda situación que debamos asumir o atravesar, no sólo como adultos, sino también desde los primeros años de nuestra infancia. Ejercicios tales como “haz un dibujo de tu familia” o “describe tu cuerpo”, por ejemplo, llevan consigo una pesada carga de auto-afirmación y nos cuestionan, por primera vez, acerca de nuestro posicionamiento y cuáles son las herramientas que tenemos para ubicarnos y mantenernos en un espacio determinado.
En este proceso construimos una especie de esencia –exclusiva y alienante- que se conforma de estos diferentes yo, lidiando, al mismo tiempo, con situaciones de la vida diaria, circunstancias económicas y políticas, presión social externa e inseguridad personal.
De este modo, pienso que una de las opciones para mantenernos en posición, es justamente estar atento a todas las posibilidades que este malentendido nos pueda ofrecer. Creo que el arte (y todo lo que éste envuelve, no en términos de disciplina, sino en términos de la visión que nos da de la realidad), aparece cuando empezamos a ser conscientes del beneficio de la duda y la importancia de lo relativo.
En este sentido mi relación directa con el arte se debe a un constante intento de demostrar -quién era quién soy y qué se supone que seré-. La representación de cualquiera de estos tres estados puede encontrarse en muchos textos auto-biográficos y en piezas de auto-retrato. Es la segunda a la que me dedico en lo que respecta a este proyecto de exhibición.
El autorretrato contemporáneo se muestra como una herramienta potente, justamente porque no está siempre consciente de su naturaleza. Como creadores podemos controlar y manejar los conceptos pero, muchas veces, las formas que éstos adoptan nos delatan, mostrando mucho más de lo que teníamos previsto. Así, las piezas que configuran esta exposición han sido seleccionadas en base a un juego de reconocimiento. Estas ocho piezas parecieran ser mías, de alguna manera, porque son obras que me hacen pensar en el imaginario colectivo, en ideas que pudieron ser mías y que, al no serlo, me invitan a apropiarme de ellas desde el punto de vista del curador.
Como artista siempre he encontrado distintas cuestiones personales reflejadas en piezas de otros creadores y, esencialmente, es por eso que aún encuentro interesante la visión que puede deducirse de los procesos artísticos. Pero como curadora veo que es posible hablar a través de obras que desarrollan, casi de forma mimética, conceptos que he tratado de desmembrar hace mucho tiempo.
En este proceso de entender la concepción contemporánea de autorretrato trabajo en colaboración con diez artistas emergentes de proyección internacional que, de una manera u otra, se reflejan en sus piezas. Algunos atravesando su propia intimidad, otros reflejando la imposibilidad de ser quien no se es y finalmente, muchos de ellos, trabajando con el proceso de ser uno mismo, una y otra vez, como frutos de infinitas capas, hasta convertirnos en algo más, en otro.